Citotoxicidad, función hepática e importancia del GS-441524 en el tratamiento de la peritonitis infecciosa
- Noel Lee
- 19 mar
- 2 Min. de lectura
La citotoxicidad, es decir, la cualidad de ser tóxico para las células, juega un papel importante en diversas funciones del hígado. El hígado, al ser el principal órgano de desintoxicación del cuerpo, está frecuentemente expuesto a sustancias potencialmente citotóxicas. Veamos algunas formas en las que la citotoxicidad se relaciona con las funciones hepáticas.
El hígado es el encargado de desintoxicar diversas sustancias que pueden resultar dañinas para el organismo. Si estas sustancias son citotóxicas, pueden dañar o matar las células del hígado, perjudicando la capacidad del órgano para purificar eficazmente la sangre. Por lo tanto, la citotoxicidad puede tener un impacto directo en la salud del hígado.
Sin embargo, es importante distinguir entre lo que es citotóxico y lo que no. Por ejemplo, GS-441524, una sustancia utilizada en el tratamiento de la peritonitis infecciosa felina (PIF), no es citotóxica. Por lo tanto, no daña el hígado.

Reacciones sistémicas a medicamentos
El tratamiento con GS-441524 durante un período total de 12 a 30 semanas fue notablemente seguro. No se observaron anomalías a largo plazo en los valores del hemograma completo ( Figuras 3 y 4 ). Las pruebas de función hepática y renal y los niveles de amilasa/lipasa se mantuvieron normales durante y después del tratamiento ( figuras suplementarias S1–S3 ). La única excepción fue el gato CT53, que tuvo un aumento progresivo del nitrógeno ureico en sangre (BUN) a 35 mg/dl (intervalo de referencia [IR] 16-37 µg/dl) y un aumento repentino de SDMA (20 µg/dl) (IR 0-14 µg/dl) a las 8 semanas de una tercera ronda de tratamiento con el régimen de dosis más alto de 4 mg/kg. Aunque estos síntomas todavía eran leves, se tomó la decisión de suspender el tratamiento por precaución. Estas anomalías no fueron evidentes en las pruebas realizadas un mes después y el gato se encuentra actualmente en remisión de la enfermedad.
Por otro lado, el virus de la fiebre hepatobiliar felina (FIPV) es perjudicial para el hígado. En algunos casos de PIF, el virus puede provocar la formación de granulomas (lesiones inflamatorias nodulares) en el hígado o causar inflamación sistémica, lo que provoca daño hepático. Por lo tanto, es el FIPV, no el GS-441524, el que causa daño hepático.
Por lo tanto, la lógica de que GS-441524 daña el hígado no tiene sentido. De hecho, ocurre lo contrario. GS-441524 ayuda a combatir el FIPV, el verdadero culpable del daño hepático. Cuanto antes elimine el GS-441524 el FIPV, antes podrá recuperarse el hígado.
En conclusión, el GS-441524 utilizado en el tratamiento de la PIF no tiene ningún efecto adverso sobre el hígado. Sin embargo, el FIPV puede provocar daños hepáticos importantes si no se trata durante un largo período de tiempo. Por lo tanto, es lógico concluir que el uso de una concentración más alta de GS-441524, que suprime la replicación de FIPV a un ritmo mucho más rápido, beneficiará las funciones hepáticas y no las dañará.
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